Todos recibimos multitud de folletos publicitarios en nuestros buzones prácticamente cada día. Nos anuncian multitud de cosas, desde ropa hasta casas, pasando por dentistas, academias y electrodomésticos. Evidentemente no todo son pequeños comercios ni tiendas pequeñas especializadas.
El modelo capitalista que sigue Europa (social-capitalista según los dirigentes europeos) ha fomentado la aparición de multitud de cadenas comerciales de gran superficie cuyo mercado único es Europa, con quizá también algunas incursiones fuera de nuestro continente. Éste amplio mercado de ámbito continental ha extendido una telaraña de comercios cuya principal característica es una ferrea competencia las unas con las otras y cuya filosofía empresarial es -en la mayoría de los casos- la mayor apertura posible de centros/franquicias por Europa abarcando la mayoría de medianos y grandes municipios posibles e intentando hacerse un hueco entre la competencia si ésta ya existía previamente en esa ciudad.
En España, aparte de El Corte Inglés y Galerías Preciados, cuya
El modelo capitalista que sigue Europa (social-capitalista según los dirigentes europeos) ha fomentado la aparición de multitud de cadenas comerciales de gran superficie cuyo mercado único es Europa, con quizá también algunas incursiones fuera de nuestro continente. Éste amplio mercado de ámbito continental ha extendido una telaraña de comercios cuya principal característica es una ferrea competencia las unas con las otras y cuya filosofía empresarial es -en la mayoría de los casos- la mayor apertura posible de centros/franquicias por Europa abarcando la mayoría de medianos y grandes municipios posibles e intentando hacerse un hueco entre la competencia si ésta ya existía previamente en esa ciudad.
En España, aparte de El Corte Inglés y Galerías Preciados, cuya
filosofía al principio era más elitista y como empresa, menos
expansionista, una de las primeras cadenas que se atrevió a extender sus mallas fue la francesa Pryca (hoy en día perteneciente a Carrefour).
En nuestra propia provincia, tenemos el claro ejemplo del Pryca de San Fernando (Centro Comercial San Fernando 2), temprano ejemplo y avanzadilla del fenómeno que se daría posteriormente en la década de los 90.
Hasta ahí, todo bien, es lógico que existan empresas que quieran crecer, tener fama y sobre todo rentabilidad. El problema aparece cuando el pez grande se come al chico, y no me refiero al ya harto comentado tema de las grandes superficies contra el pequeño comercio, sino de los grandes municipios contra los pequeños. Y lo voy a explicar.
En nuestra propia provincia, tenemos el claro ejemplo del Pryca de San Fernando (Centro Comercial San Fernando 2), temprano ejemplo y avanzadilla del fenómeno que se daría posteriormente en la década de los 90.
Hasta ahí, todo bien, es lógico que existan empresas que quieran crecer, tener fama y sobre todo rentabilidad. El problema aparece cuando el pez grande se come al chico, y no me refiero al ya harto comentado tema de las grandes superficies contra el pequeño comercio, sino de los grandes municipios contra los pequeños. Y lo voy a explicar.
La mayoría de nosotros conocemos el formato de los folletos de los grandes centros como Carrefour, Mediamarkt, Lidl, Alcampo o el desaparecido Champion entre otros. Todos tienen su llamativa portada, unas veces más lograda que otras, sus páginas interiores con todas sus ofertas y una última página, en la que suele aparecer una última oferta y justo en lo último de todo, una pequeña guía de establecimientos de la cadena por toda la geografía española. Ahí es donde queríamos llegar en este artículo.
Hay firmas que anuncian todos sus centros en igualdad es decir, te anuncian igualmente una tienda en Alcorcón, que una en Avilés, u otra en Valladolid.
Hay otras que ordenan de manera que quede repartido todo entre provincias o entre comunidades autónomas.
Pero hay una última clasificación, que, en un principio, parece que se ubica por municipios. Aparece un centro en el Puerto de Santa María, otro en Gijón, hasta que finalmente llegas a Madrid y te llevas una desagradable sorpresa. Dentro de Madrid, con una letra más pequeña y sin estar en negrita (como los municipios anteriormente citados) encuentras el nombre de Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón.. etc. a la misma altura que distritos de Madrid (Carabanchel, Latina, Villaverde...). Es el caso por ejemplo de una conocida cadena de grandes tiendas de electrodomésticos y equipos electrónicos o del desaparecido Champion. Tal fenómeno también sucede en las correspondientes propagandas de edición digital (Internet), como la imagen de ejemplo que hemos colgado.
Este tipo de discriminación, ¿que conlleva? En un primer lugar, pone a estas localidades por debajo de otras localidades no menos importantes como El Puerto de Santa María o Gijón. Sería como realizar una lista mundial de naciones y sus regiones y dentro de EEUU incluir a Mexico o a Canadá a la altura de Dakota del Norte o Florida.
Esta aparentemente inocente clasificación de las sucursales comerciales es en realidad un arma de doble filo. Aparte de una despersonalización como ciudad, que a través de estos inofensivos folletos, puede propagarse a su vez a otras cadenas comerciales, creando un concepto de Alcalá-barrio, y una falacia de conocimiento geográfico que puede adquirirse por parte de ciudadanos hasta ahora desconocedores siquiera del nombre de estas localidades, estas dependencias conceptuales empresariales se extienden a lo administrativo de tales empresas, haciendo que las decisiones de Alcalá por ejemplo, se tomen en una central en Madrid, cuando lo habitual en estas sucursales comerciales es la autodependencia, al menos a nivel regional (por ejemplo, en Avilés, se toman las decisiones para Avilés únicamente). La consecuencia de tal dependencia a distancia es una inferioridad de categoría del establecimiento, una lentitud en la toma de decisiones y una consecuente reducción de la eficacia empresarial. Por no hablar de las entrevistas de trabajo, que muchos de nosotros conocemos, que se realizan lejos del solicitado centro de trabajo.
Sí, hay empresas que tienen una central a nivel regional, en la mayoría de casos en la correspondiente capital autonómica o provincial. Pero no es este el caso que estoy describiendo. Hablo de decisiones a nivel local entre Madrid y Alcalá, realidad que delatan estos folletos publicitarios.
Porque no somos un barrio, ni queremos serlo, luchemos contra esta discriminación, que cambien estos folletos publicitarios y que Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz y todos los municipios que sufren esta peyorativa clasificación estén a la altura de Algeciras, Torrelavega o Gandía, y no a la de Moratalaz, Centro o la Barceloneta. Pedimos a las propias firmas que rectifiquen.
2 comentarios :
Llamemos a las cosas por su nombre. ¿es Alcala una ciudad dormitorio?
NOOOO, no hay que mas que mirar a la historia,y al casco historico para saber que no es así.
PERO si las industrias donde trabajan los alcalainos se llevan a otros municipios, por definición no somos mas que una CIUDAD DORMITORIO. Como ejemplo vean el siguiente blog en el que se trata la situación de la empresa BOSCH.
http://alcaladehenares.blogia.com
yo aquí no sé cuánto hay de "integrismo" madrileño como de ignorancia de los personajes que hayan hecho el folleto, porque es que no tiene ningún criterio de principio a fin, lo que en unos parece referirse a provincias (madrid, Barcelona) luego pasan a ser municipios (Miranda de Ebro, Marbella) y luego municipios pasan a ser lo mismo que distritos, lo dicho, ignorancia... es como cuando plantan en Guadalajara carteles del canal de isabel II diciéndonos que tenemos que ahorrar agua porque madrid necesita más... qué se supone que debemos entender? ¿que en Guadalajara debemos ahorrar agua para que los madrileños se la beban? pues entenderemos que los que ponen los carteles no tienen ni idea de geografía y se piensan que Guadalajara es Madrid, así andan las cosas...
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